Una de las principales razones de que la gente abandone los programas de
ejercicios es la falta de interés. Si lo que estás haciendo no es divertido, es
difícil que lo sigas haciendo. La buena noticia es que puedes probar multitud
de deportes y actividades hasta dar con el que te más te inspire.
A la hora de elegir el
ejercicio adecuado para ti te puede ayudarte reflexionar sobre cuál es tu
personalidad deportiva. Por ejemplo, ¿te gusta hacer ejercicio solo y sin tener
que adaptar tu horario al de otras personas (en cuyo caso, tal vez te irían
bien los deportes que se practican a solas, como el ciclismo o elsnowboard), o te gusta la motivación compartida y el
compañerismo asociados al hecho de formar parte de un equipo?
También deberás considerar los aspectos prácticos, como si la actividad que
has elegido es asequible a tu bolsillo y accesible (por ejemplo, actividades
como montar a caballo son más difíciles para las personas que viven en una
ciudad) y cuánto tiempo puedes dedicar a la actividad.
Es una buena idea conversar con alguien que entiende sobre ejercicios como
un entrenador o un asistente de gimnasio. El o ella pueden ayudarte a empezar
un plan de ejercicios que sea adecuado a tu estado físico.
Otra cosa a tener en cuenta es el tema de tu estado de salud física y como
el ejercicio puede afectarla. Los médicos saben muy bien que a la gente le hace
bien el ejercicio de condicionamento, incluso aquellos con minusvalía física o
con enfermedades crónicas como el asma. De todos modos si tienes un trastorno
de salud u otros temas a considerar (como sobrepeso o mal estado aeróbico)
habla con tu médico antes de comenzar el plan de ejercicios. Así puedes saber
de antemano que ejercicios evitar.
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